Los que leyeron la entrada anterior probablemente vieron que me atreví a comparar a las protagonistas de las dos películas, pero ahora me arrepiento, y es por eso que les pongo esta revisión, para aclarar sus dudas mis queridos lectores.
Al prender el reproductor DVD, vemos una serie de imágenes que indican algo así como una relación entre una maestra de piano y un alumno, al menos así parece. Es más, Haneke, lo plantea de tal manera que no haya ni una pisca del retorcimiento, que lamento adelantarles, verán después. Es cierto que trata de una relación entre un alumno y su maestra de piano, pero eso es sólo un pretexto para mirar a fondo a un personaje que parece tan distante a nosotros, pero miren otra vez y díganme si en serio es tan distinta.
Esta obra adaptada de la ganadora del Nobel Elfriede Jelinek, es tan vívida y cruel que es recomendable verse con criterio, porque déjenme decirles que la primera vez que la vi tenía 15 años y aunque fue fuerte, no entendí muchas cosas que al verla de nuevo me resultan mucho más perturbadoras, no precisamente lo que muchos pensarían que es la parte "fuerte" de la película, si no cómo vamos descubriendo en el personaje a través de sus gestos y miradas una locura tan grave que hay instantes en los que uno desearía no estar viendo eso.
Obvio que si una crudeza es tan bien reflejada en una película, esta tiene que ser buena, pues efectivamente, esto es una obra de arte. Una película con una planeación tan estricta y una actuación de la señorita Isabelle Huppert insuperable, no hay comparación a la hora de verla en la pantalla con una mirada tan fría que a uno le dan unos escalofríos que bueno, pa´ que les cuento. Mejor lo dejo a sus ojos para apreciar una belleza que no precisamente nos causa felicidad, si no que se lleva una parte de nosotros, deja su vacío y un frío nos invade al final de esta obra maestra.
Ahora que no me equivoqué del todo al decir que "Black Swan" y "La Pianista" se parecen, ya verán que hay similitudes en la psicología de ambos personajes, ambas se dedican a las artes y creo que cualquier arte bien hecho, consume y por ende termina en lo mismo si estamos bajo las circunstancias de estas dos señoritas, una tan fría que de sólo verla uno se congela y otra tan sumisa que uno se ríe ante la torpeza de verse a sí mismo en pantalla.
Les advierto de nuevo que esta película no es para cualquiera, se necesita un criterio y un cierto retorcimiento la mente o al menos comprenderlo y respetarlo para poder apreciar esta joya del director Michael Haneke.
P.D. No les dejo el trailer porque es una reverenda mierda, véanla en caliente.