domingo, 8 de enero de 2012

Lolita vs. Lolita

¿Coincidencia que se parezcan tanto?
Adaptar una obra literaria a la pantalla grande siempre resulta en una decepción para aquellos que leyeron el libro, la realidad es que no concebimos que una adaptación es muy diferente a una réplica página por página de la novela. En el caso de esta obra literaria del escritor Vladimir Nabokov, no se salva, es más, tenemos hasta dos adaptaciones de su obra cumbre, las cuales aun al guiarse por el mismo libro, tienen puntos de vista y de entendimiento completamente diferentes, los cuales enlistaremos a continuación.

Pero no podemos continuar sin antes saber qué hace a esta obra una exquisita presa de la cinematografía, la cual se basa en la estancia de Humbert Humbert, un escritor europeo, en los Estados Unidos, quien llega a alquilar un cuarto en la casa de la viuda Charlotte Haze, que por sí misma no atrae a Humbert, pero en cuanto éste descubre a su hija preadolescente Dolores, se enamora perdidamente de ella. Eventos desafortunados nos conducen a la muerte de Charlotte, siendo arrollada por un auto afuera de su casa, lo cual Humbert aprovecha inmediatamente para conquistar a la pequeña Lolita, quien a fin de cuentas, resulta muy precoz e igual de enamorada que Humbert. El pecaminoso camino al que nos lleva esta obra escrita en 1955 también nos conducen a problemas morales a la hora de querer adaptarla a la pantalla, siendo coscientes de que un romance entre un cuarentón y una niña de doce no es muy bien aceptado y visto ante la sociedad, y menos cuando se asume que el romance no es precisamente caricias y besos en la mejilla.

El libro por sí mismo tiene un grado elegante y muy bien dosificado de erotismo, el cual, desde mi punto de vista, es esencial en el desarrollo de la trama y la curiosidad e imaginación de cualquier lector (suponiendo que uno se acerca a este libro libre de prejuicios morales), pero es entendible, que al llevarlo a la pantalla surge un conflicto mayor, ya que, no cualquier adolescente va a permitir que un cuarentón, incluso siendo actor, la toque y mucho menos, la bese. Así que la primera adaptación, hecha apenas unos 7 años después de la publicación del libro, está restringida de todos esos recursos eróticos del libro y en su lugar, se vuelve una película de misterio y persecución de estos dos amantes que atentan contra la ley, esto quiere decir que el director Stanley Kubrick y el guionista que afortunadamente fue Vladimir Nabokov, llegaron a un acuerdo de reemplazar todo esa tensión erótica con suspenso criminal, de no poner tanto énfasis en el romance y la tentación que esta pareja sufre, sino en esquivar al enemigo, en huir. Aún así, no hay que descartar el ingenio que Kubrick tiene para mostrar sin embargo, todo el encanto y sensualidad de esta niña, haciéndola evidente pero sin despertar ningún tipo de deseo hacia esta Lolita, interpretada por Sue Lyon.

La relación se ve realmente afectada por problemas morales
lo cual la hace ver más como una relación padre-hija y
no de amantes.
El paso de los años y nuevas tendencias cinematográficas, al igual que la libertad moral que empieza a expanderse, permiten a Lyne crear una versión más parecida a lo que se quería lograr con Lolita desde un principio, esto es, enfatizar la relación entre Lolita y Humbert Humbert, evocar (y no precisamente con sexo) un deseo más obvio y que precisamente dan lugar a una emoción dentro del espectador. Los constantes jugueteos que hace Lolita alrededor de Humbert crean una tensión sexual muy evidente, y vemos en Lolita, interpretada podentes en el libro. El color por otra parte, le dan igualmente otra perspectiva a la película, el constante uso de rojos y colores vivos, incrementan en Lolita la sensualidad. No olvidemos a Humbert Humbert, interpret interpretado por Jeremy Irons, quien refleja aunque de la misma manera una paternidad hacia la nínfula, no olvida también ser presa del encanto y de la pasión que ésta le inyecta como un veneno. Esta segunda adaptación, al librarse de restricciones morales, se permite expresar mejor la idea que muchos lectores teníamos de esta novela, tanto de desarrollar mejor la trama, permitirse algunos gags y juegos sexuales entre estos dos per  Esta vez, no se descuida ninguno de los dos aspectos primordiales, que son, la relación entre ellos dos y la persecución que sufren, de hecho es increíble cómo Lolita nunca pierde esa inocencia y esa astucia tan evidentes en el libro. El color por otra parte, le dan igualmente otra perspectiva a la película, el constante uso de rojos y colores vivos, incrementan en Lolita la sensualidad. No olvidemos a Humbert Humbert, interpretado por Jeremy Irons, quien refleja aunque de la misma manera una paternidad hacia la nínfula, no olvida también ser presa del encanto y de la pasión que ésta le inyecta como un veneno. Esta segunda adaptación, al librarse de restricciones morales, se permite expresar mejor la idea que muchos lectores teníamos de esta novela, tanto de desarrollar mejor la trama, permitirse algunos gags y juegos sexuales entre estos dos personajes que la hacen, aclaro, desde mi punto de vista, la más cercana a la novela y la de mi preferencia, porque como he mencionado, da mayor forma a la relación primordial en el libro y la hace más genuina, no existe ese miedo a sobrepasar algún límite, tal y como Nabokov no lo tuvo al contarlo en el libro.

Aun cuando la primera adaptación es la más conocida y aceptada por la mayoría, permítanse ver esta segunda adaptación, que parece ser como la venganza de todo lo que no se pudo expresar en la primera, las dos a su manera son excelentes archivos cinematográficos, pero creo que el libre albedrío siempre le dará un plus a la segunda, por más que Kubrick se las haya ingeniado para presentar el erotismo, éste no se compara con la carga erótica que la segunda tiene, las dos se complementan y las dos merecen el mismo aplauso.